Filosofía Latinoamericana (II)
Luis E. Villegas N.
Todo discurso tiene un sujeto; así como todo pensamiento tiene un origen y una identidad. Los hechos humanos se acrisolan en el tiempo, conformando parte del ser de la comunidad o pueblo que los contiene. En Hannah Arendt encontramos que, dada la condición humana, los hechos sociales y su fisonomía son producto de las relaciones entre los individuos. Con ellos nace el discurso que, traducido en acciones, se erige en hecho social como parte de aquello que conforma la política.
Pensamiento y Acción conforman la entidad humana hecha comunidad y su desarrollo es historia. Los desarrollos sociales son diversos, haciendo que la fisonomía de los pueblos tenga su propia particularidad. Tiempo y espacio amalgaman su especificidad. América tiene un antes y un después en su Historia al producirse el crack civilizatorio americano, tras la colonización europea del continente. Punto de partida de una otra historia que se produjo al inicio de la modernidad occidental y que nos incorporo a Occidente. Desde allí la historia fue buscar borrar un pasado para remplazarlo por un nuevo presente.
Tras medio milenio de conquista y a casi dos siglos de independencia, se configuraron pueblos nuevos. Nos dieron prestado nombres de otros lugares. para llamar a los “nuevos espacios y repúblicas”. Y así pudimos incorporamos a la modernidad. La paradoja fue que debíamos crecer mirando y teniendo presente el modelo civilizatorio que nos conquisto; dicho de otra manera, que destruyo nuestra civilización y nos domino. Como continente somos una nueva entidad todavía en proceso de gestación, cuya desarrollo aún no ha culminado como proceso de su propia madurez. Como pueblo aspiramos a la superación de una realidad colonial, mientras tanto, nos vistieron con ropaje de pueblo “hecho y derecho”, al mismo tiempo que se pregunta por su Ser.
Estas líneas no son más que algunos rasgos muy generales de lo que caracteriza la conformación de la entidad humana sudamericana. Ello implica en su definición, al igual que el nombre que le fue asignado por otros; es decir. Latino américa, una cuestión de corte filosófico. En este contexto adquiere notable complejidad dar cuenta de una Filosofía genuina como latinoamericana; es decir, como expresión de un pensamiento acrisolado en una realidad histórica-social específica.
En el presente artículo buscamos dar cuenta de la relación que existe entre desarrollo de una colectividad humana y el pensamiento que produce; en tanto que pensamiento general o filosofía, como parte de la cuestión de una Filosofía Latinoamericana.