Revolución
en Hannah Arendlt y Toni Negri
Luis E. Villegas N.


Contenido
1. Presentación. 2. Obras y vigencia temática. 3 Hannah Arendlt. 3.1 La obra, contexto histórico. 32. Siglo XX guerras y revoluciones. 33. En torno a la libertad y la revolución. 4. Antonio “Toni” Negri. 4.1. Negri, filósofo militante político. 42. El Poder Constituyente.43. Poder Constituyente Jurídico. 5. Autores, convergencias y divergencias.
“Guerras y revoluciones han caracterizado
hasta ahora la fisonomía del siglo XX.”
Hannah Arendlt
El poder Constituyente es un acto imperativo
de la nación que surge de la nada y organiza
la jerarquía de los poderes
Toni Negri
1. Presentación.
Dos filósofos, dos tesis, en torno a la revolución, cuyos desarrollos contienen encuentros y desencuentros en las perspectivas del horizonte de la filosofía política.
El enfoque político de Arendlt es histórico–filosófico, y en su visión la revolución es una expresión de la guerra, que en cuando emerge nos pone frente al origen, marca el comienzo. El de Negri es un enfoque jurídico-político, que la rescata del encuadramiento jurídico donde es remitido el producto de la acción revolucionaria. Arendlt llama a la revolución, ¡revolución!; mientras que Negri, en su análisis, la llama Poder Constituyente (PC).
Consideramos
que el tema es de importancia capital, dada la coyuntura histórica que atravesamos.
El tiempo al cual asistimos esta
caracterizado por una conflagración mundial entre potencias, tanto las tradicionales
como las emergentes, que buscan su espacio en este complejo escenario
internacional.
Arendlt plantea: “Es, pues, de suma importancia para la
compresión del fenómeno revolucionario en los tiempo modernos no olvidar que la
idea de Libertad debe coincidir con la experiencia de un nuevo origen.[i] Negri,
por su parte la define como la: “… potencia
innovadora que emancipa a los ciudadanos de la miseria económica y de la
superstición política [ii]
.
La opinión pública en la presente
coyuntura cobra una importancia relevante, dado que estamos inmersos en una
realidad que hace del futuro un hecho incierto que implica a toda la humanidad.
Decimos opinión pública y con ello no nos referimos a la institucional y a las
grandes corporaciones de la información, que son precisamente los entes que
controlan la información con la pretensión de encausar el destino a favor de
intereses de las grandes corporaciones y sus intereses. Nos referimos al común
de una población que erige la sociedad humana a partir del trabajo y la
actividad vital y que hoy, en tanto que ente social-político, Negri denomina
multitud.
Esta nueva realidad requiere, en tanto que configuración político
social actual, ser comprendida a fin de hacer lo más cercano posible a ella el
discurso sobre la realidad y el debate en torno a ella, que busca la formación
de nuevos espacios para el ejercicio de la política en su sentido democrático. En
el horizonte por-venir crece la opinión en torno a la configuración de un mundo
multipolar, y la percepción de un cambio de era. Este debate implica la
necesidad de referentes claros, históricos, abordados desde la filosofía
política. Estamos, pues, en un mundo cuyo devenir está sumergido en la guerra y
la revolución.
Negri llama poder constituyente, lo
que Hannah Arendlt llama revolución. En
el presente artículo consideramos algunos puntos de ambas obras y sus
perspectivas en torno a la Revolución. No son visiones monolíticas, sino que en
ellas donde encontramos convergencias y diferencias en los enfoques de de dichos
análisis.
2. Obras y vigencia temática
Consideramos que la temática
abordada en las obras de Arendlt y Negri, en
sus contenidos, tanto convergentes como divergencias, representan una
importante aportación a la presente situación política social del mundo. Obras que
consideramos un referente necesario y valido para el presente debate. La reflexión que sigue tiene como objeto un
acercamiento a esta temática, que hacemos a partir de la obra de cada uno de
estos pensadores.
La primera de las obras, Sobre la revolución (1963) representa
una reflexión de corte histórico-filosófico cuya vigencia la determinan los elementos conceptuales que se
derivan de ella. La segunda, El poder
constituyente. Ensayo sobre las alternativas de la modernidad (1992). Representa
una defensa de la concepción de la revolución, rescatándola del corsé jurídico
donde fue enclaustrada. Dado la temática y su imbricación con la realidad
política actual surge la pregunta por la actualidad de las obras.
Para este fin vamos a servirnos del
contraste entre las obras, a partir del prefacio que escribe Negri a la “nueva
edición española Poder Constituyente en
la edición del 2015”[iii]. La obra de Negri nos es más cercana
cronológicamente, sin embargo, es un imperativo para la actualidad en el
análisis, de la validación de su vigencia frente al contexto de la realidad.
Desde la perspectiva cronológica, la segunda da cuenta de la primera, dialoga
con ella; por tanto, la actualidad de la primera, en cierto sentido valida
parte de la segunda. La distancia que separa las obras de ambos filósofos son
29 años, a partir de sus primeras ediciones y de 40 a la muerte de ambos.
Estamos, pues, frente a dos
filósofos cuya reflexión en torno al siglo XX es de significativa importancia.
Nos situaremos en la vigencia de la temática a partir de las ediciones de cada
obra, y de los puntos de encuentros y desencuentros.
Recordemos que cronológicamente
Arendlt expone sus ideas, en los seminarios sobre la revolución americana que
dictara hace 65 años en la Universidad de Princeton en 1959, cuya publicación en libro aparece en 1963 Negri, por su parte,
trabaja en torno al poder constituyente en la década de los 80 y publica, hace
32 años, su obra por primera vez en italiano, en 1992.
Veamos el itinerario editorial de la
obra. El libro fue escrito en la década de los 80 y su primera edición italiana
en 1992. A ella siguieron las ediciones francesas, inglesas y españolas,(esta
última, según el autor, muy deficiente). Para 1994 se edito la versión española
por la University of Minnisota. La obra tuvo una nueva reedición en español,
donde su autor escribe un prefacio fechado en abril de 2004; es decir, después
de 32 años de su primera edición de 1992. Negri reflexiona sobre la actualidad
de la obra, donde concluye que el tiempo no había desactualizado la tesis principal
en ella planteada. En nuestra lectura la consideramos pertinente, como un
aporte significativo en el debate actual
sobre las transformaciones del mundo.
La revolución es una practica á es una categoría que el
filósofo y pensador revolucionario marxista Toni Negri (1933-2023) ha trabajado
ampliamente, tanto en su labor intelectual como en su praxis.. Su contenido ha
sido plasmado en su obra Poder
Constituyente. Ensayo sobre las alternativas de la Modernidad.1994 España,
escrito durante la década de los años 80. En la última edición de la obra, para
lectores de habla español, en el prefacio a una nueva edición de su Obra de
1992, reeditada en 2015, el autor abordó la cuestión de la vigencia o
actualidad del planteamiento del libro. La razón no era otra que la obra que
para la fecha de la edición contaba 32 años respecto de la primera edición en
italiano. El autor concluye que el planteamiento central continuaba vigente.
3. Hannah Arendlt (1906-1975)
3.1 Obra y contexto histórico
político
Activista de la causa judía,
expulsada por Hitler de Alemania, expatriada en Europa, y EE.UU, donde después
de 10 años de migrante le conceden la nacionalidad norte-americana. País desde donde desarrollo parte importante
de su obra hasta que la muerte la sorprendiera en 1975. Ejerció la docencia en
las universidades de Chicago, Princeton y Berkeley; así como también enseñó en
la New School for Social Research de Nueva York
Sentencia Hannah Arendlt, al inicio
de su Obra Sobre la revolución (1963), la impronta vital de las generaciones
que transitaron por el siglo XX y más allá:
“Guerras y revoluciones han caracterizado hasta ahora la fisonomía del siglo
XX.”. Obra que tiene como origen el Seminario en torno a la revolución americana,
que dictara la autora en 1959, en la Universidad de Princeton, EE.UU[iv].
Transcurrido más de medio siglo de
la aparición de la obra de Arendlt, la temática no deja de tener vigencia, así
como su actualidad histórica. La compleja situación del mundo de hoy al borde
de una tercera guerra y múltiples procesos de revolución y violencia, así lo
confirman. La crudeza de los hechos ocurridos en la última guerra mundial, como
trasfondo de la obra; por un lado, y la realidad actual del mundo, al momento
de la edición del libro, por la otra, hacen de él un hecho de significativa
relevancia intelectual.
Su lectura nos trasmite un dejo de optimismo de
la autora al mirar el futuro de la guerra y sus transformaciones. Podemos
considerar algunos, entre los muchos de
los hechos de ese contexto que sugirieren tal optimismo, cuyo contenido marcó
una época: En plena guerra fría se instala el “teléfono rojo”, como vía de
comunicación entre el Presidente Norteamericano J. Kennedy y el de la Unión Soviética
Nikita Jrushchov, ante una potencial guerra nuclear, en el contexto de la
“Crisis de los misiles” de Cuba. Representantes de EE.UU., La Unión Soviética y
el Reino Unido firman es Moscú el tratado de prohibición de ensayos nucleares.
Así como otros diversos hechos y de diferentes intereses, entre los cuales destaca: Surgimiento de
uniones de países del tercer mundo como la Unión Africana, Faisal, en el mundo
árabe dicta la abolición de la
esclavitud, además de eventos en otra
dirección la lucha de las corporaciones norteamericanas y el poder político que
asesina al presidente Kennedy, etc.
Estos hechos marcan algunos de los trascendentes
acontecimientos que emergieron el año 1963, fecha correspondiente a la
aparición de su libro. Hechos que nos indican el tono de la dinámica
internacional que tenía el mundo para la
fecha. Hechos que muestran, si bien un equilibrio de la tensa situación, tras
el poder de cada una de las potencias en confrontación, también manifiestan una
esperanza en el cambio de la realidad global y la de los países de la periferia
del mundo, vislumbrándose otra cara de
la guerra: la revolución. En su reflexión respecto de la revolución, la autora
nos dirá: “…parece probable que la
revolución, a diferencia de la guerra nos acompañara en el futuro inmediato”. Este planteamiento corresponde a un momento
donde todavía late sobre el mundo el horror de Hiroshima y Nagasaki y las armas
de destrucción masiva.
En este período la carrera armamentista sigue
su desarrollo potenciándose como industria, al mismo tiempo que emerge la
preocupación expresada en la polémica en torno a la guerra y el horizonte de su
desarrollo futuro como destrucción total. La autora señala, en una perspectiva
optimista, que la amenaza de la guerra como forma de eliminación total, podría
ser eliminada o minimizada dado los nuevos descubrimientos técnicos y
tecnológicos, tales como “… una bomba de limpieza o un proyectil
antiproyectil”. La revolución cobra entonces mayor significación en el
desarrollo de la guerra. En el horizonte estaba, pues, el cambio de la
estructura de la guerra total por la guerra disuasiva.
3.2. Siglo XX, guerras y revoluciones.
Escribía
Hannah Arendt en 1951, desde el impacto vital que producían el horror de los
hechos acaecidos en la segunda guerra mundial, en el prólogo a la primera
edición norteamericana de Los orígenes
del totalitarismo[v]:
Ya no esperamos una eventual
restauración del antiguo orden del mundo, con todas sus tradiciones, ni la
reintegración de las masas de los cinco continentes arrojados a un caos
producido por la violencia de las guerras y de las revoluciones y por la
creciente decadencia de todo lo que queda.(Arendlt)
Medio siglo después y más allá, se confirman
las intuiciones de la autora. Tanto en el escenario de la segunda parte del XX
como las primeras décadas del XXI, se ha producido las condiciones o antesala
de una conflagración mundial sin precedentes
que amenaza la desaparición del género humano. Veamos algunos de los
hechos de esa historia del siglo XX que potencialmente deviene en tercera
guerra:
EL siglo XX se inicia con la
revolución rusa de 1905. Más tarde irrumpe la Revolución mexicana en 1910. Dos
guerras mundiales emergen en la primera parte del siglo: La 1ra Guerra mundial
de 1914, en cuyo contexto se produce la revolución Bolchevique de 1917, luego
la 2da guerra mundial de 1945, que devela el Holocausto Judío como la mayor
infamia producida contra el hombre; además del surgimiento del Totalitarismo
como la deformación más aberrante de la expresión del poder. La segunda parte
del siglo se inicia con la guerra fría entre occidente y la URSS. El mundo se
va a dividir en dos, a partir de una cruenta confrontación entre potencias con
intereses, expresiones ideológicas e intereses distintos.
Un mundo bipolar se inauguraba dividiéndolo al en dos.
Para 1989 una revuelta popular derriba
el “Muro de Berlín” que separaba a
Alemania en dos; más tarde, en 1989 se oficializaba el derrumbe de la
URSS, configurándose un mundo unipolar bajo el dominio de los EE.UU y los
europeos, fenómeno que algunos filósofos denominaron “el fin de la historia” y
el reinado hegemónico del Capitalismo. Nuevos factores emergen y hace su
aparición nuevas-viejas potencias en Oriente y el Asia. Nuevas formas
pragmáticas del poder conforman acuerdos políticos y económicos creciendo
tendencias que rompen el unipolaridad del mundo. Emergen las confrontaciones
por la hegemonía y el reparto del mundo que van a caracterizar al siglo XXI,
como un contexto de potencial guerra que
amenaza la desaparición de la especie humana.
Guerra total vs
disuasión. Arendlt, a pasar de los signos en un contexto guerrerista de
“aniquilación total”, encuentra signos de transformación de la guerra, etc. Hay
varios signos que la autora destaca: Primero. La guerra total tiene origen en
la 1ra guerra mundial al borrarse la
distinción entre soldado y civil. El sostenimiento de tal separación no era ya
posible dado el desarrollo y características de las nuevas armas. En los
tiempos modernos la reaparición de la guerra total viene caracterizada por un
sentido político. En el siglo XX se manifiesta la incapacidad del eército para
cumplir el papel protector de la milicia en vindicador tardío y completamente
inútil.
Segundo. La aceptación
generalizada del hecho que ningún gobierno, ningún Estado, ni forma de gobierno
será lo bastante fuerte para sobrevivir a una derrota militar. La autora pone
como referencia, entre otros hechos, la guerra franco-prusiana que puso fin a
la tercera república.
Tercero, La aparición
de la disuasión como principio rector en la carrera armamentista. La estrategia
giro entonces, en “más que ganar la
guerra, para la que se preparaba, era evitarla. Propósito que se lograba
mediante la amenaza sin asar a la acción propiamente dicha. Evitar la guerra no
sólo constituía el propósito general sino que llega a convertirse en el
principio que guía la propia reparación militar. En este sentido, los militares
se preparan para una guerra, que los estadistas esperan que nunca estalle. El
objetivo es el de desarrollar armas que hagan imposible la guerra.
Cuarto.
Emerge la temperatura de las guerras. Hoy se desarrollan guerras frías por
calientes; así como otras formas de agresión tales como bloqueos y sanciones en
un situación de guerra camuflada.
La autora se pregunta: ¿Se trata de pura fantasía? Y se
responde: ¡Al menos, potencialmente venimos afrontando este tipo de guerra
hipotética desde el mismo momento en que hizo su aparición la bomba atómica!
33. En torno a la
libertad y la revolución.
El precedente de las revoluciones, como
una expresión de la guerra, está representado en dos acontecimientos que emergen
en la segunda parte del siglo XVIII trasformando en un antes y un después la
historia de la humanidad. Dada las repercusiones que sus desarrollos impactaron
en la configuración actual del mundo, como producto de tal fenómeno, los
cambios surgidos no tuvieron precedentes, nos referimos a las Revoluciones
industrial de 1760 y la francesa de
1879. La historia actual de la humanidad sigue anclada en la emergencia de
tales fenómenos, así como el mundo es el reflejo de ambos desarrollos.
El primero continuó su curso
alcanzando los niveles actuales de ciencia y tecnología inimaginable en la
historia de la humanidad; proceso que han denominado algunos historiadores como
segunda, tercera y cuarta revolución industrial. El segundo, de carácter
político-social, ha marcado toda la lucha y configuración de las sociedades
humanas actuales. Su lema central fue: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Objetivos no alcanzados hasta ahora en su plenitud; sin embargo, muchas de las
conquistas sociales y políticas actuales son fruto de esa revolución. En tanto
que fenómeno histórico, la humanidad no había conocido hecho alguno de igual
magnitud y características antes de la modernidad.
La tesis de la autora está planteada en la obra a la cual
nos hemos referido, y tiene que ver con la experiencia histórica que desembocó
en la Segunda Guerra Mundial. El
análisis contempla elementos que
conformaron el proceso político gestado a finales del siglo XIX y cuya
expresión está representada en los hechos que caracterizaron al siglo XX como el siglo de las guerras y las
revoluciones. El eje de su análisis
tiene que ver con el desarrollo de las guerras modernas y la emergencia de la
revolución como fenómeno histórico político en éste período. Arendt contrasta
las revoluciones americana (1760) y francesa (1789), desde las cuales
establecerá su conclusión sobre los elementos conceptuales de dicha categoría.
Entre los elementos que conforman su
tesis están: Primero, la caracterización del siglo XX como el siglo signado por
las guerras y las revoluciones. Segundo, su visión en torno a las ideas
políticas-ideológicas predominantes en el siglo XIX, que en su perspectiva
política no se adecuan a la presente realidad, aún cuando se le siguen
proclamando como discurso. Tercero, que la guerra y la revolución son las
únicas categorías sobrevivientes del período dieciochesco y constituyen los dos
temas principales de nuestro tiempo que han sobrevivido a sus justificaciones
ideológicas. Cuarto, que en el enfoque de la revolución desapareció la Libertad
como eje central de la reivindicación humana por su emancipación, aún siendo la más antigua y
única que ha determinado la propia
existencia de la política, en el sentido de la causa de Libertad contra la
Tiranía.
En torno a la libertad. La libertad y sus implicaciones en tiempos
modernos. La idea de libertad debe coincidir con la experiencia de un nuevo
origen.
El mundo libre debe estar
representado por la idea que la libertad y no la justicia o la grandeza,
constituye el criterio último para valorar las constituciones de los cuerpos
políticos. Esta es una de las concepciones de la autora, en cuanto al eje de la
revolución que la hace propia y genuina. Es una de las diferenciaciones que
hace entre las revoluciones americana y la francesa. Con ésta última emerge lo
social como categoría eje. Sostiene que “no sólo de la compresión de la revolución, sino también nuestra
comprensión de la libertad, claramente revolucionaria en su origen depende de
la medida en que estemos preparados para aceptar o rechazar esta coincidencia”
Esta referencia es histórica, está
representada en pensadores de la Revolución francesa. La autora cita a
Condorcet: “la palabra revolucionario puede aplicarse únicamente a las
revoluciones cuyo objetivo es la Libertad.
Diferenciación entre libertad y
liberación. Premisa: Liberación y Libertad no son la misma cosa. Liberación es una condición de la libertad
pero no conduce a ella. La liberación lleva implícito la idea de libertad, pero
sólo puede ser negativa; por tanto, la intensión de liberar no coincide con el
deseo de libertad. Este criterio puede explicarnos la experiencia de las
revoluciones sudamericanas y su resultado .independentista.
Un argumento histórico recogido por
la autora: Desde la decadencia del mundo antiguo hasta el nacimiento del nuevo,
la libertad política no existía. De allí que bajo esa idea hecha tradición y
que llega hasta la Teoría Política; se entiende por Libertad Política no un
fenómeno político cualquiera; sino por el contrario, la serie más o menos amplia de actividades no
políticas que son permisibles por el cuerpo político a sus miembros. La
libertad como fenómeno político fue contemporánea con el momento de las
Ciudades-Estado Griegas.
Estas son, pues, las premisas desde las cuales parte la
autora como diagnostico de un período histórico, para formular una visión de la
realidad, como expresión de la revolución, desde su perspectiva de la filosofía
política.
4.
Antonio “Toni” Negri.
(1906-1975),
4.1. Negri, filósofo
militante político.
Ser un pensador y militante político
ha sido la impronta de Toni Negri (1933-2023). Al igual que Hannah Arendlt fue
un pensador y hombre de su tiempo que dejó profundas huellas a partir de su
obra y su que-hacer político, tanto en la acción como en el pensamiento en el
siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI. A diferencia de Arendlt, que asumió
su militancia independiente y autónoma, Negri asumió su compromiso político a
partir de las organizaciones políticas del Movimiento Obrero. Negri nace en Italia en
1933, cuando Arendlt se esta exilando en Francia, tras el ascenso de Hitler al
poder en Alemania. En 1941 llega de
migrante a los EE.UU, y 10 años más tarde le concederán la nacionalidad norteamericana.
Desde ese nuevo escenario desarrollará parte de su obra y militancia hasta
1975, cuando le sorprende la muerte.
Negri ejercerá su militancia y obra
desde Europa. Entre algunos de los rasgos de su perfil vital encontramos: A los
23 años ingresa al Partido Socialista Italiano donde milita durante 7 años. En 1969 funda el grupo político “Poder
Obrero”. El 7 de abril de 1979, Toni Negri y una veintena de militantes de la
organización «Autonomía organizada» fueron detenidos bajo la acusación de ser
los organizadores y responsables del secuestro y la ejecución de Aldo Moro. Tiempo
después Negri se exiliaría en Francia.
Su actividad política e intelectual fue permanente hasta su muerte en 2023.
Fue profesor de Doctrina del Estado en la Universidad de
Padua, así como también enseño en algunas de las más importantes universidades
europeas. Ha publicado numerosos ensayos de la historia del pensamiento
político y de crítica marxista de las instituciones Entre sus obras cabe
destacar: «Descartes político», «L'anomalia selvaggia», «Lenta ginestra», «Il
potere constituente», «Las verdades nómadas» (con Felix Guattari), «Spinoza
subersivo», «Marx más allá de Marx». «El trabajo de Dionisos» (con M. Hardt),
«La forma Estado», «Los libros de la autonomía obrera» y «Europa y el Imperio».
Es autor, junto con Michael Hardt, de la celebrada trilogía que conforman
«Imperio», «Multitud» y «Commonwealth», así como de «Declaración»
y «Asamblea».
4.2. El poder
constituyente.
Como queda dicho, lo que Arendlt llama
revolución, en nuestra lectura Negri llama Poder Constituyente. Dos autores,
dos perspectivas de lectura y una misma categoría. Arendlt aborda la cuestión
revolución como la expresión de la guerra, los orígenes en las revoluciones
francesas y americana. Negri lo hace desde el entramado jurídico legal que
envuelve al Estado en su expresión de legitimidad de la política y su expresión.
Poder Constituyente (PC) es
una obra de largo aliento; en su recorrido Negri despliega el planteamiento a
través de 454 páginas, ordenadas en siete capítulos. Tenemos pues la estructura
de una obra de actualidad política y justificación histórica. El autor nos
muestra, primero el planteamiento del problema, luego despliega el abordaje del
problema en 5 momentos que han hecho historia, que señalaremos a continuación.
Se inicia el análisis planteando en
el capítulo 1 el problema central de la temática. Allí plantea que el PC es una
fuerza, una dinámica, una irrupción, si podemos decir así, que va más allá del
entramado jurídico donde se le ha enclaustrado. El autor, después de dar razón,
en torno al concepto jurídico del PC y su desmontaje, nos lleva a un recorrido
histórico que va desde “su origen maquiaveliano, a través de los siglos XVII y
XVIII y la revolución rusa del siglo XX. Su objeto fue mostrar que el P.C. fue
siempre: Invención de contenidos,
realización de finalidades y plenitud de voluntades.
En el desarrollo de la obra Negri
muestra diversas facetas del Poder Constituyente en su configuración histórica,
tales como: 1. Potencia productiva de una forma de estado democrático en
Maquiavelo. 2. Como capacidad de representación en la revolución inglesa. 3. Modelo
de constitucionalismo expansivo en el proyecto estadounidense. 4. Como
fundación de una democracia igualitaria en la Revolución Francesa. 5 Como
reorganización del concepto mismo de democracia y realización de una utopía del
común en la revolución Rusa
En el primer capítulo, pues, el autor introduce el planteamiento donde
aborda la crisis del concepto jurídico de P.C. y las diversas concepciones que
otros autores hacen del concepto. Planteado el problema central. Pasa a
desarrollar las perspectivas históricas que hemos señalado..
Después de haber situado la obra y
su eje, nuestra lectura busca un acercamiento a al concepto de Negri de PC, asociándolo al concepto
Revolución de Hannah Arendlt. Para ello tomaremos sólo algunos elementos del
capítulo 1, dado la bastedad y complejidad de la reflexión del autor.
4.3.
La cuestión PC desde el “entramado jurídico”.
El capítulo 1”, que el autor denomina
“El concepto de una crisis”, está conformado por tres secciones donde aborda
las categorías del análisis del PC. Primero: obre el concepto jurídico de PC; segundo
el procedimiento absoluto, constitución
y la cuestión revolución. Y tercero la estructura del sujeto. Abordaremos en
nuestra reflexión el entramado jurídico dado al PC exponiéndolo de manera esquemática.
Punto
de partida:
Como primera premisa el autor
sentencia que “Hablar de PC es hablar de democracia”. Tal afirmación nos indica
que estamos frente a una cuestión de
carácter político, que implica la filosofía política y que va más allá de un
entramado jurídico.
De los elementos contenidos en el concepto. El
PC es entendido, por un lado como fuente expansiva que produce normas
constitucionales de todo ordenamiento político, por el otro es sujeto de esa
actividad.
Esto implica que su lectura debe ser comprendida
como concepto político desde un espacio democrático y no sólo de carácter
jurídico. Esto lleva a una primera consecuencia, que señala el autor, al
concebirlo desde este enfoque:
No se puede calificar el PC constitucionalmente,
jurídicamente, como productor de normas solamente, si no que ella tiene como función
fundamental el ordenar el poder constituyente en cuanto sujeto; es decir,
regular la política democrática. (Negri)
Establecido este carácter del PC la
reflexión apunta entonces a la Naturaleza del concepto.
Continuidad del análisis. El autor
plantea que el PC tiene una naturaleza hibrida, es decir conformado por dos
elementos (poder y democracia) que hace de su definición una cuestión compleja;
por tanto, alcanzar tal fin presenta una dificultad: ¡El PC es rebelde a una
integración total en un sistema jerarquizado! Dicho de otra manera, el PC
permanece extraño al derecho, así como la Democracia se resiste a la constitucionalización.
La cuestión es que “la Democracia es
teoría del gobierno absoluto”; mientras que el constitucionalismo es teoría de
gobierno limitado” En esta perspectiva
el concepto PC, definido desde el marco de lo Jurídico, es una especie de
aporía; es decir, un razonamiento donde emergen contradicciones, paradojas
irresolubles. Esta encrucijada Negri la caracteriza como disyunción, como cuestión
irresoluble, como crisis. ¡Estamos, pues, frente a la crisis del concepto! que
Negri asume como parte de la conclusión , en esta parte del análisis.
El análisis se enrumba entonces a la
búsqueda de vías alternativas que debe tomar en el proceso de análisis. Negri
plantea, en sentido general, que existen dos posibilidades. Uno es continuar el
análisis desde el enfoque de lo Jurídico para tratar de encontrar una salida;
otra es aceptar el hecho de la crisis del concepto.
El siguiente paso del análisis, en
una alternativa de superación del impase (crisis del concepto), según el autor,
sería reflexionar en la perspectiva de intentar definir la naturaleza del
concepto, y no tomarlo como la realidad dada. Estamos pues ante cambio de
enfoque o giro que da al análisis, al pasar de lo jurídico a la filosofía
política.
Implicaciones
de tomar una de las vías para la continuidad del análisis.
Las implicaciones de aceptar la
crisis del concepto nos lleva a rechazar la idea que el PC pueda ser fundado;
es decir, rechazar el enfoque que el PC pueda perder su naturaleza de ser
fundamento (En palabras de Negri “ser arrancado de su naturaleza”). Esta perspectiva de análisis pone de lado el
enfoque de juridicidad; es decir, es
necesario ir más allá, superar lo jurídico.
La solución juridicista implica una
concesión de PC que no le atribuye naturaleza fundante. Esta perspectiva de
hecho emerge desde el primer momento en que es subordinado el PC a una función representativa o de soberanía.
La causa del desmembramiento de su
naturaleza se da desde el momento cuando la omnipotencia
y la expansividad del PC se le someten
a límites o finalismos constitucionales, o cuando es fijado a una determinación
singular, calificado como extraordinario en un espacio y tiempo dado. Dicho de
otra manera, reducido a hecho normativo pre-existente o constitución material
que se desarrolla coextensivamente.
Negri concluye, en esta fase del análisis, que tales enfoques representan
un absurdo.
El análisis, en una especie de
cierre de este aspecto, muestra que tales enfoques representan un absurdo,
tienen un sentido irracional, inamisible. Entre los argumentos se encuentran: “Un hecho normativo consuetudinario no puede
hacer justicia a la innovación”; “Una clase política pre constituida no puede ser garante de una
nueva constitución”; “Encerrar el PC en un espacio o entorno de limitaciones
espacios temporales, es insostenible.(Negri)
Desde otra perspectiva el autor
argumenta que el PC al ser concebido como limitado y finalizado, es “detenido
entre hileras jerárquicas de sucesivas producción y representación y
conceptualmente reconstruido no como causa sino como resultado”. Dice Negri:
“La balanza del fundamento es volcado: la soberanía como –suprema potestas- es
reclamada y reconstruida como fundamento”. Dicho de otra manera, el fundamento
correspondería entonces, al “poder legal” que según -potestas- en el derecho
romano, formaba parte de las funciones de los cargos políticos.
En esta perspectiva el fundamento es
contraria al poder PC, dado que: “Es
finalidad cumplida donde el PC carece de finalidad. “Es un tiempo y un espacio
limitado y fijado, allí donde el PC es pluralidad multidireccional de un tiempo
y espacio- “Es constitución formal rigidificada cuando el PC es un
procedimiento absoluto” (Negri). Resumiendo: Opone PC a soberanía. El
carácter absoluto de la soberanía es un
concepto totalitario; mientras que la del PC es la del gobierno democrático.
5.
Autores, convergencias y divergencias.
En Arendlt la idea de comienzo, de origen, es central en
su concepción de revolución. Es decir, no se ha producido una revolución, a
pesar de la dinámica de revuelta, violencia, derrocamiento de gobiernos, etc.,
si con ella no se produce una ruptura radical de la realidad establecida y su
configuración política, iniciándose entonces, un proceso político social
totalmente nuevo. En palabras de Arendlt:
“…idea
de que el curso de la historia comienza súbitamente de nuevo, que una historia
totalmente nueva, ignota y no controlada,.., desconocida con anterioridad a las
grandes revoluciones de fines del siglo XVIII”( Negri)
En la perspectiva arendtiana de
análisis histórico del proceso de surgimiento de la revolución, se nos señala
el registro del origen y la radicalidad del cambio y comienzo de una nueva realidad o era. La imagen que ilustra esta
idea la toma la autora de la Revolución francesa, y no es otra que la del calendario que marcará los días del
inicio y desarrollo de la revolución. El tiempo no es otro que el marcado al
momento de guillotinar al rey y la proclamación de la República. Momento
considerado en el calendario como el
año uno.
Como hemos visto hay una analogía
entre PC y revolución, expresada en los términos propios de ambos autores. El momento histórico definido por Arendlt como
origen, en el análisis de Negri, en tanto que categoría, está representado por
el vacío. El PC emerge del vacío del “”vórtice, de la vorágine del proceso
revolucionario. Momento que se expresa el estallido revolucionario y que el
autor define como: “Vortice del vacío”, de la ausencia de determinaciones, como
impulso y necesidad totalmente abierta. Por tanto esta fuerza, este impulso no
se detiene tanto en el poder como en la multitud. Como sujeto no tiende a
devenir totalidad, sino conjunto de individualidades.
Aquí nos encontramos con conceptos
comunes entre los autores. Arendt rechaza el concepto Hombre como totalidad
frente a concebir los hombres como individuos: “la acción es la única actividad que se da entre los hombres sin
mediación de cosas o materias corresponde a la acción humana, al hecho que los
hombres, no el Hombre, vivan en la tierra y habiten el mundo”. (Arendlt). Encontramos,
pues, el mismo sentido entre los términos multitud de Negri e individuos de
Arendlt. En Arendlt la idea de individuo proviene de su antropología
filosófica; mientras que en Negri multitud proviene de la transformación de la
clase obrera producto del cambio de la realidad que la contenía, configurándose
la multitud como una nueva expresión de la realidad.
Tenemos, pues, que estos contenidos son parte de los
elementos que hacen que revolución o PC valla más allá del poder. Dicho en
palabras de Negri. “El poder constituyente es esta fuerza que se proyecta desde
la ausencia de finalidad como tensión omnipotente y cada vez más expansiva.
Ausencia de presupuesto y plenitud de potencia: este es un positivo concepto de
libertad.
La democracia es un procedimiento
absoluto de la libertad al igual que el gobierno; en palabras de Negri: “La
ausencia, el vacío, el deseo son los motores de la dinámica político
democrática, en cuanto tal”.
Negri se posesiona frente al
planteamiento de Arendlt de manera distinta en relación a la interpretación del
PC de los otros autores. “Arendt había comprendido esta verdad de PC”; nos dice
Negri, al mismo tiempo que manifiesta
una posición crítica donde marca distancia, sin negar la valoración que hace
frente a Arendlt: “Llega a ella por un camino errado…, pero no por ello menos
eficaz”, dice Negri.
La coincidencia de la idea de
libertad y de la de un nuevo comienzo o
–advenimiento es capital para la comprensión de toda revolución moderna.
Notas
[i] Hannah A rendt. Sobre la revolución.
Alianza Editorial, S.A., Madrid 1968
[ii] Toni Negri. El Poder Constituyente. Ensayo
sobre las alternativas de la Modernidad. primera edición en castellano febrero,
1994. Libertarias/ Prodhfi, S.A. España.
[iii] Poder constituyente, obra editada en 2015 para edición en la Web: https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/El%20poder%20constituyente%20-%20Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os.pdf / © SENESCYT, 2015 Licencia Creative Commons: reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0).
[iv] Ibidem. Obra citada.
[v] Hannah Arendlt. Los orígenes del totalitarismo. 3 V. Alianza editorial, S.A., Madrid. 2000.
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